Como ya habrán notada (las dos personas que entraron al blog ayer) estoy yendo al kinesiólogo/a. No solo que me está “curando” sino que también me da material para justificar mis boludeces y ponerme a escribir, mientras hago que trabajo.
Toda la noche desvelado pensando, ¿porque me quedé sin velas?, hasta que sonó el despertador y me dormí.
Despierto, comenzó a trabajar mi cabeza y comprendí la situación en la que estaba trabajando en el kinesiólogo/a. En realidad no me está curando nada, y lo que está haciendo es fortificar mis músculos para cuando me operen. El objetivo expuesto es que les sea más fácil trabajar la zona a los doctores y que tenga yo mejor recuperación. Soy una especie de pollo que prenden la luz para que coma y la apagan para dormir y para que no reviente con maíz.
Me sentí como aquellos pequeños, Hansel y Grettel, abandonados en el bosque por sus malvados padres, y que luego de tortuosas travesías encuentran la felicidad en la casa de una bruja chocolatera (una especie de Fort del siglo XIX). Ricky será la reencarnación de esa Bruja?.
Estos pequeños encuentran en esta casa de golosinas la salvación a su hambre, y por desgracia de la literatura, no lograron encontrar la salvación del hambre de la bruja que terminó apuchereada en su propia olla. El objetivo de la bruja era engordarlos para comerlos luego.
Esta situación de preanunciación del suceso, de preparación del final anunciado, este macabro plan encabezado por la Bruja Chocolatera, me hace pensar y recapacitar sobre mi situación en el kinesiólogo/a. Es notable las similitudes entre este engorde de niños y este fortalecimiento de músculos al cual estoy siendo sometido. Con la única diferencia es que lo niños disfrutaban de las golosinas, mientras yo sufro con los ejercicios.
Doble mal para mi, que hago ejercicios tortuosos que me llevaran a la tumba. Hubiese preferido mil veces que me abandonen mis padres en un bosque y que me intentara comer una bruja a que tener que hacer entrenamientos físicos.
¿Qué onda con un tipo que me hace fortalecer mis músculos antes de operarme? ¿Qué se quiere llevar de mí? ¿Querrá, mientras sufro los efectos de la anestesia, extraerme alguna parte de mi cuerpo y de allí hacer de comer, o quien sabe, algún rito umbanda?
Busqué explicaciones, explore en google, leí libros, miré a Rial y a Gran Hermano, pero no encontré respuestas a mis dudas y mis miedos. Lo que sí es seguro es que yo voy a pedir, como se hace en los mejores restaurantes de Vladivostok, todo lo que sobre.
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