lunes, 3 de marzo de 2008

Los mass-media, las redes de información y los porteros


Salí de mi casa hoy bien temprano, con los ojos todavía achinados y retorciéndome como pez en balde, y contemplé el maravilloso efecto de la comunicación en tiempo real. No por haberme cruzado con un cyber, ni por ver en vivo el incendio de un edificio en Vladivostok, trasmitido por la CNN, sino por haberme cruzado con el ejército de trabajadores de la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERyH), nuestros queridos porteros.
Un mito urbano, no tan mito, dice que de alguna manera misteriosa existe en ellos cierta tendencia a la sabiduría y a la luminosidad, cuyo desprendimiento cognoscitivo es conocer (justamente) sobre la vida y obra de los habitantes de sus pequeñas fortaleces edilicias.
Quizás por dolo quizás por culpa, pero ellos, como si tuviesen pequeñas bolas de cristal, todo lo ven, todo lo oyen y todo lo saben.
Pero hasta ahora solo hemos abordado el misterio de la comprensión total y absoluta, casi como “El Gran Hermano” de George Orwell, de su territorio, de su edificio de propiedad horizontal. Pero el problema, es que estos trabajadores conocen también la realidad del universo mismo. De alguna manera logran interiorizarse de lo acaecido también en el resto de los edificios. Y justamente, mientras caminaba hoy a la mañana descubrí ese mecanismo de información en masa.
El sistema es sencillo. Algún acuerdo o convención determinó que haya un encargado que salga primero a limpiar las veredas. Estimo, que ese horario ronda entre las 4:55 y las 5 de la madrugada. Inmediatamente que sale este portero y comienza con sus tareas, sus dos porteros vecinos, salen y comienzan a ponerse al tanto de las noticias. Un par de minutos después los porteros vecinos de los segundos, salen y se ponen al tanto, para luego comentarles a los cuartos, que luego le dirán a los quintos y así sucesivamente hasta abarcar la masa de edificio-porteros de la ciudad.
Con este sistema, quizás algo arcaico, los encargados de edificios se garantizan el conocimiento absoluto de la masa habitante de propiedad horizonta, construyendo un poder social comparable al de la TV y a los grandes medios de comunicación. Es extraño, que todavía no se hayan realizado estudios sociológicos y antropológicos sobre las formas de comunicación de los porteros. Mucho hay para aprender.
Menos mal que no usan internet.

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